Industria

Dueños de Marco Polo sellan acuerdo tras acusaciones de fraude de una de las hermanas

Tal como adelantó DF MAS, Chantal Signorio se desistió de las demandas contra su hermano Mario. “Las partes se otorgan el más amplio, completo y total finiquito”, señalaron.

Por: J. Troncoso Ostornol | Publicado: Miércoles 25 de mayo de 2022 a las 04:00 hrs.
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Foto: Patricio Valenzuela
Foto: Patricio Valenzuela

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La disputa entre los hermanos dueños del grupo alimentario ICB, reconocido por sus papas fritas y condimentos Marco Polo, llegó completamente a su fin, tal como adelantara DF MAS en abril pasado.

ICB es uno de los grupos de alimentos más grandes de Chile. Su principal marca es Marco Polo, pero importa Cola Cao, Kellogg’s, Pringles y Ferrero Rocher, entre otros. Factura unos US$ 300 millones al año.

“Las partes renuncian a cualquier acción o derecho, de cualquier naturaleza”, dice un acuerdo firmado por los Signorio Larzabal.

Los herederos de Víctor Signorio Ferreti, creador de la compañía hace más de 60 años, se lanzaron potentes acusaciones, que incluyeron denuncias de fraude y machismo. Pero, al igual que los hermanos Calderón, controladores de Ripley, que también se enfrascaron en conflictos de este tipo, el clan de origen italiano acaba de sellar un acuerdo.

La disputa entre los hermanos se originó tras la muerte del fundador del grupo en 2009. La posesión efectiva que se concretó dos años después tuvo como herederos a Mario, Francesca, Donatella y Chantal Signorio Larzabal, quienes -en 2015- suscribieron una partición parcial de la herencia; cada uno se adjudicó aproximadamente el 20,5% de ICB.

Pero, en marzo de 2016, se desataron los conflictos. Chantal demandó a su hermano Mario, a quien acusó de simular un traspaso de acciones con lo cual –aseguró– se hizo del “control total” de la compañía, por lo que solicitó la nulidad de la partición de la herencia o una indemnización de $11.365 millones.

El fin del conflicto

No obstante, el pasado 18 de mayo, los hermanos presentaron un documento ante la justicia en que dieron fin al conflicto en sede civil. Hay platas de por medio, pero todo se mantiene bajo reserva.

“La demandante Chantal Signorio Larzabal viene en desistirse pura y simple de las demandas de simulación y de indemnización de perjuicios (…) en contra del demandado Mario Signorio Larzabal”, dice el documento presentado ante el 12º Juzgado Civil de Santiago.

También se desistió de la demanda de nulidad de partición de herencia, acción iniciada por Chantal en contra de sus tres hermanos, quienes –según el documento- dieron su venia.

“Todas las partes renuncian a cualquier acción, pretensión o derecho, de cualquier naturaleza, en relación a los hechos y/o materias expuestas en las demandas de Chantal Signorio o cualquier otra acción, pretensión o reclamo, relacionado directa o indirectamente con los referidos hechos. En atención de lo anterior, las partes se otorgan el más amplio, completo y total finiquito”, dice el documento presentado a la justicia y firmado por los cuatro hermanos.

Con esto, el clan cierra completamente los litigios judiciales.

Antes, las partes habían dado fin a otra disputa ante la justicia penal.

Chantal Signorio, a través de la sociedad Inversiones y Rentas Quimán S.A., de su propiedad junto a sus hijos, se había querellado por el presunto delito de estafa en contra de su hermano el 5 de octubre de 2016. Apuntó a un perjuicio para la sociedad superior a $ 400 millones.

El año pasado, el Ministerio Público resolvió formalizar a Mario. Un día antes de la fecha fijada para la audiencia, el 14 de febrero de 2022, los abogados de las partes solicitaron que, en la misma instancia, se sometiera a aprobación del juez un acuerdo reparatorio al que habían arribado los hermanos.

Al día siguiente, Claudia Pizarro, jueza del Segundo Juzgado de Garantía de Santiago, aprobó el acuerdo. Tras esto se decretó sobreseimiento definitivo del empresario.

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